Cabeceos,
En algún lugar está mi mente,
Mi cuerpo no se bien donde.
Una carretera, un mundo,
Adioses y ninguna bienvenida.
Que importa si el comenzar da miedo,
Si el terminar ha terminado,
Si ando de nuevo
Firme,
Entre pensamientos
Que no se escuchan,
Pero se sienten,
Se adivinan.
Tu cara, la misma,
Ha pasado tanto tiempo,
Que parece que fue ayer.
Y me desmorono como siempre.
Han sido tantos los sitios,
Las horas y las siestas,
Los malentendidos que bellos,
Volvían a la carcajada,
Al estoy sola y te echo de menos,
Al sudor.
Vuela mensajero de almas,
Y vuelve en tu próxima migración
Hacia la tierra del calor,
En Madrid sobran las cosas que hacer,
Y no temo perder tiempo viendo la tele,
Siempre llego tarde.
Remolonea, pueden pasar horas
Habrá más.
No por eso dejare de abrir puertas,
Y mirar caras,
No los conoces,
Son vidas parecidas,
Nunca tiene demasiado que ver,
Pocas encuentran el sentido al despertar,
Pocos saltan extasiados ante el nuevo amanecer,
Buscaran en su último momento,
Un sustituto del placer,
Quizás la soledad,
La buscas,
Pocas veces,
Y no pocas son las que está,
Como un mendigo intentará sacarte la peor cara,
Y no se irá
Hasta que no hayas empeñado
Los pasos que has dado,
Los que te llevaron hasta aquí,
Y los que hasta mí te llevaron.
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