resbalando,
todo necesita volver a ser pensado,
me inclino,
y otra vez me cuesta,
es tú olor que me aprieta,
y me fumiga el alma.
a que vienen a estas horas,
recuerdos,
ni siquiera dóciles,
una ya no puede esperar
a que todo fuera,
ni llamándoles,
borrosos, se aproximan más a la escarcha.
así, congelados,
imposible quemarlos.
otra hoguera desarmada,
late la vida allí donde duermes,
imposible contar los perdedores,
a tu suerte,
ni tú, ni yo,
sólo la carne.
A todos nos cuesta ser felices,
más que conseguir dinero,
estar hambrientos,
saborear el aire,
machacado de recetas,
ropa comestible,
desnudo
y para que decir más.
No me importa que el reloj diga otra cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario