Del silencio y otras cosas que no son.
Fui consciente de que no siempre lo que parece es lo que parece. He terminado. Ahora soy más consciente de que siempre que se cierra una puerta se abre otra, lo complicado realmente es ser conscientes del lugar geográfico que ocupa esa puerta. La cobardía no es.
Creí siempre que el sonido era una postmetáfora de lo que se idolatraba como si todo el sonido fuese música, o como si todas las ganas de beber, fuesen por diversión.
Todo este siempre palabrerío ya mítico me divierte porque luego se hacen comentarios como: "¿qué significa?" o "ya estas con tus historias...." y este tipo de halagos que me hacen sentir tan genialmente extravagante. Pues os explicaré lo que quiero decir como lo haría cualquiera de vosotros: he trabajado mucho tiempo para preparar una exposición que no se va a celebrar (no estoy en condición para decir porqué (la verdad que no tengo ni idea) ) y el hecho de que no se celebre me ha hecho el gran favor de llenarme de energía y disponerme a repartir de forma no menos extravagante que mis palabras, un catálogo por todas (y cuando digo todas, digo todas) las galerías de Madrid.
Lo más indignante es la falta de principios éticos a la hora de crear un contrato verbal. verbum est. Las palabras se las lleva el viento. Y yo me mancho de palabras.
Gracias a todos los que hayáis contribuido a mi no exposición, ahora ya podrá pertenecer para la eternidad a esa serie de cosas a las que me refería con el título...
3 comentarios:
No todas las palabras se las lleva el viento, algunas pesan demasiado
No te me deprimas tanto que ya sabemos que hay gente que no tiene palabra y palabras que no tienen gente...
Además no hay mal que por bien no venga y el mundo noolor puede ser lo tuyo... jajajajajajajajjajajajajajajajajajja
Pontevedra allá voyyyyyy
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