Miles de microorganismos se cuestionan la prioridad. Una vez más estoy asesinando a desconocidos en mi propia casa.

La línea sucesora familiar no me asegura que mis hijos vayan a tener los ojos verdes. La genética no hace más que demostrarme errores y fracasos. La segunda fase de un orgasmo es el final.


Siempre.




Iba tan deprisa porque el ritmo del trabajo me había acelerado partícula a partícula. En una de estas veces que me visualizaba existiendo en torno a un mundo bastante real (real hasta las nauseas) me había descompuesto en átomos de color rosa fosforito. Ya miraba a lo lejos y no veía una figura roja que me esperase. Tal y como lo había imaginado todo el camino. En ese momento, creo que fue cuando pisé por segunda vez la esperanza. Una vez que la pisas ya nada va a salir bien. Y menos si la vuelves a pisar dos días consecutivos. Así que tenerte detrás no fue más que una historia alternativa a lo que debía ser.


Ya después de pasar horas juntos. Conseguimos inventar un idioma, una clave del todo sin sentido, pero del todo comunicativa. Ruidos japoneses. A estas horas ya me estaba planteando que iba a hacer por la tarde.

Lo más bonito que me había pasado en tres años fue que me tragué varias veces una palabra, y después cuando resurgía lo transformé en una hecho, y tú lo comprendiste.

Hoy la crisis financiera nos recuerda más europeos que nunca. La vitalidad de la crisis nos hace pensar que va a ser para siempre. Antes de que la crisis existiese, ya se sospechaba su longevidad. Para pasar a ser , sólo precisó ser nombrada.

Después ha tardado mucho en amanecer. Casi me desespero comiéndome unas uvas por la ventana. A estas horas se estará suicidando alguien, y sólo yo estoy pensado en él. Y lo peor es que esa persona nunca va a pensar en mi. Ya no.


Tengo muchas cosas esperándome en la calle. Lo de fuera nunca es más conciliador. Las veces que visualizo el dolor me hago más formalista, una vez era una parte del rostro muy estrecha. Y cosas bastante parecidas. Siempre me puso muy nerviosa que dos personas se pareciesen. Le quita autenticidad al mundo. Otro día más que me da miedo parecerme a alguien.




Necesito una nueva tapa para el w.c. de fibra de vidrio con motivos marinos auténticos incrustados. Aspecto de fósil nuevo. Con tonos azulados que reflejan lo limpio que tengo el baño. Y que cuando hayan pasado seis años vaya amarilleando para dar paso a una nueva necesidad, o quizás un recuerdo difuso de por las mañanas. Lo necesito. O eso dicen.


Por este tipo de pensamientos es que acumulamos basura en cantidades superiores a las que podemos reciclar. Si es que lo hacemos. Por este tipo de sensaciones del todo oníricas es que nos quedan unas pocas horas, transformadas en años sin oxígeno, de vida. A estas horas miles de personas estarán necesitando una nueva tapa para el w.c. incluso esas personas que nunca, bajo ningún pretexto bajan la susodicha tapa. Supongo que por un motivo de higiene en el tacto.
Lamento tu sabor, porque se me hace un poco pescado. Hoy mi día ya no es muy mío, por esas cosas de caminar rápido y que todo sea una historia bien alternativa.


En medio de todo está una conversación:




- te estoy escuchando por dentro.
- y ¿qué digo?


Hay que situarlo en el lugar. Justo en el medio.

No hay comentarios:

FORMABA PARTE DEL PLAN

Hay tantos tipos de aire. Hay tantas formas de respirar. Hay, existen tantas formas de conciencia, de inconsciencia, individual, colec...