Te hablo por el ombligo. Me parece más
directo.
Eres una bola debajo de mi pecho. Una
bola dura.
Te voy a llamar Liberto. Lo he decidido
hoy, aunque ya lo sabía. Siempre lo he sabido. Mi Liberto, Libertad,
me hace tan feliz, tu nombre. Es una especie de promesa, pequeñita,
que no cabe en ningún sitio. Espero que no te asuste el carácter
messiánico, te aseguro que no es para tanto.Todos los niños vienen
a salvar a alguien. Tu mamá es un lugar que no sabe donde ser.
Veo a papá sentado en frente, lo veo
desde un tercer piso. El se sienta en un banco de piedra y fuma,
espera a que sea agosto y que ya no estemos, en este tercer piso,
viéndolo por la ventana. Le tiendo la mano, y le hago saber que te
hablo por el ombligo. Se olvida de todo. Y duerme mucho. No quiero que se duerma
y que te olvide.
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[ Muchos días y algún parto]
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Primera carta al Liberto de los ojos
como soles.
Duermes en tu cunita, a mi lado. Bueno
siempre estás a mi lado, hoy estoy un poquito más lejos, pero tú, seguro que me imaginas bien cerquita, haciéndo ruido en la cama que
chirría.
Tu papá, quiere irse, y yo antes de que el quisiese irse,
quería que se fuese, a no quererme a otro sitio. A veces pienso que
no sabe querernos bien, y eso me enoja, que se enfade contigo cuando
te da el biberón sin paciencia alguna, y cuando no te hace caso
porque prefiere ver la tele. Yo te miro a los ojos y veo que te
mereces que te quieran de una forma tan inmensa, que no se si es
posible, no en él, que es un perezoso, un ánimal crudo, sin
sentido de la responsabilidad. Me enfado mucho con él, porque le
quiero tanto, y está tan lejos, siempre terminando de hacerse.
Yo
espero tu sonrisa, como el alimento, y si se va, como dice que lo
hará, pués que tú y yo sepamos no necesitarle casi nada.
Me gusta como te ríes a carcajadas, y
como haces nuevos días. A veces me estorba todo lo demás. Todo lo que no eres tú.
(14-4-2011 LA REPÚBLICA)
Segunda carta en forma de sentencia.
Liberto, dice Manuel Azaña, que la
libertad no hace al hombre feliz, pero que lo hace humano.
Estamos tú y yo en esta habitación a
la que ya no le falta casi la esencia de ese padre huidizo que te ha
tocado, la hemos llenado mucho entre los dos y así está, más
bonita, con tanto sol y color. La ventana, llena de árboles, y de flores que no paran de crecer, como tú.
Tu vocecita y tus pataleos a los
objetos, tu vocecita, sobre todo. Papá se ha ido, llevamos ya dos
meses sin él, yo, sigo sin él, quiero decir por lo tanto, que
siento que me falta, pero espero ansiosa el día en que no me de
cuenta de que no está.
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[algún año y muchos días: Hoy ]
Un hoy que parecía no llegar nunca.
1 comentario:
Me gusta. Yo soy muy emotiva, me he quedado con un nudo en la garganta, pero me ha encantado. Pedazo de madre que tiene Liberto! :)
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