El mar que no es bonito. El mar feo.

Pasaba entre los dedos de mis pies,

tú allí tumbado,
el nuevo gitano
el nuevo
con esa falta de lunares, tan pretenciosa,
como si fueses inmortal.

Te entrego
entre los dedos, solo arena,
arena roja,
un poco mojada,
y digo cosas para que te rías,
y las escoges,
para trasladarlas
a tu imposible, particular,
sociedad limitada.

Sólo me quedé una hora más,
insoportable,
porque se acabaría.

Me fui a tener hambre,
de otro año.

De estos años, que no pasan en valde,
que van triturando
poco a poco
los titulares,
y no pasa nada.


Me subo a un autobús,
que ya ni huelo,
por costumbre,
y al pasar el dedo por el roto de la costura,
ahí está otra vez,
la arena roja,
mojada.

Quito el film transparente,
a toda esta tragedia
y parece el mar ,
busco una caracola
y hago de mi sordera el ruido.
El mar de arena roja
(arena, por decir algo,
porque aquellas, parecían piedras).

El mar que no es bonito. El mar feo.

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