Entre lusco e fusco es el momento entre la puesta de sol y la llegada definitiva de la noche. Unos instantes que suceden todos los días. Y con sólo estos instantes se nombra este sitio que tiene unas estanterías al fondo, una barra con café a la entrada, paredes de piedra con monedas que simbolizan deseos de los que quisieron volver. Licor café, crema de orujo y a veces espontáneas guitarras (cada vez menos, por desgracia).
Quizás gocemos de lo efímero de también otras formas.
Quizás gocemos de lo efímero de también otras formas.
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