Tengo la segunda edición en una caja de zapatos, Boca-Boca, a parte de ser un disfraz de novela, es una novela disfraz. El hecho indecente de extrapolar cualquier acontecimiento, me ha convertido en tantos posibles puntos de vista, como infinito es el universo. Tengo la boca-boca seca, tengo en mi ser un tristeza, que de pequeñita, ni es tristeza ni es nada, pero se siente, como una cosquilla o un dolor de apéndice. Volví a aquél barrio, y era una sola boca, incómoda, y vi claro, que la otra boca, no era yo. Que dos no se enfadan, si uno no quiere.
Ahora, terminaré temprano, no cenaré, me pondré delante del que venga, les leeré una hipotética carta de los editores a todos el público, que versa así: querido público: habéis venido. Estáis aquí. Y de ahí en adelante, las palabras, las que no sobran. Las que valen su peso en oro.
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